domingo, 23 de marzo de 2014

Once Guitars, el eterno Beatle y mucho más

Anoche se presentó Once Guitars en el Tunel 4 del Parque de España. El cuarteto de guitarras rosarino, integrado por su director musical Gonzalo Esteybar junto a Leonor Levcovich, Maximiliano Mansilla y Rodrigo Arauz, interpretó en la ocasión su versión de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band.



Como lo hicieran con su anterior trabajo Revolver -en aquella ocasión bajo su antiguo nombre, el Ensamble de Guitarras de Rosario-, el ahora cuarteto versiona el legendario trabajo de The Beatles en formato para cuatro guitarras acústicas Ovation en la afinación NST (New Standard Tunning). Justamente, las características de la formación y los arreglos precisos a que someten cada tema hacen que no se trate de simplemente de un cover del disco, sino más bien de la recreación de una obra eterna en un formato novedoso.


Debo reconocer, después de escucharlos y verlos en acción tanto durante el video que grabamos hace un par de meses atrás como en la noche del viernes pasado en que nos visitaron en el programa, que los músicos de Once Guitars me impresionan muy fuertemente desde lo técnico, sobre todo en los arreglos -escuchar con atención en particular los de Lucy in the Sky with Diamonds es toda una experiencia-. Pero anoche demostraron que pueden reservarse momentos para la emoción, de mucha intensidad. Por caso, la interpretación de She's Leaving Home con un acompañamiento de dos violines, cello y contrabajo, de arreglos preciosistas y perfectos. O Within You Without You, con sus climas sampleados intensos y las guitarras en modo percusivo por momentos. O A Day in the Life, intenso, genial y emotivo. 


Demostrando que Once Guitars es mucho más que sólo Beatles, el segundo bloque del concierto luego del intervalo estuvo dedicado a un manojo de canciones y estilos muy variados, abordados todos con igual eficacia aunque con resultados dispares. Destacaron la interpretación de Red, de King Crimson, y Yamanashi Blues, un original del California Guitar Trio que resolvieron con gran técnica y precisión, en un bloque que incluyó tanto una obra propia -Uno- como de otros autores, y hasta una chacarera. 

En síntesis, una noche intensa y muy grata gracias al talento, la preparación y la organización de cuatro músicos que entienden la música, según se desprende de lo que muestran, como un recorrido que traspasa los límites de los tiempos y lugares. Y por eso, saben, hay que hacerlo bien. Ellos lo logran.

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