domingo, 21 de febrero de 2010

Levin anticipa su presentación en Argentina

En una estrevista publicada hoy en el diario Clarín, Tony Levin adelanta algunos detalles de su presentación con su trío de dos sticks y batería en marzo. Repasa también algo de sus gustos y su brillante carrera, y habla de Peter Gabriel y Robert Fripp.

En el equipo de los "músicos en estado de curiosidad permanente", Tony Levin es firme candidato a capitán. Bajista eterno de Peter Gabriel y de la última formación de King Crimson, formado en una orquesta juvenil de Rochester, a los 63 años recorre varios carriles artísticos a la vez, por el placer de "hacer música".

"Si alguien me acerca su música, me gusta, y encuentro que hay lugar para mi bajo o mi stick, me hace feliz participar en el proyecto", decía telefónicamente, horas antes de subir a escena junto al California Guitar Trio, en California, donde ya había tocado un par de días antes con el cuarteto de improvisación que forma con Terry Bozzio, Alan Holdsworth y Pat Mastelotto. Sin embargo, cuando llegue a la Argentina, en marzo, lo hará con un trío de dos sticks y batería, que integra parte de la precisión milimétrica del trío californiano con el caos creativo del cuarteto.

¿Vas a incluir material de tus discos anteriores en los conciertos?


No, porque habían sido concebidos para una banda más grande, con otro tipo de sonido. Y si bien podríamos hacer los arreglos para tocar esos temas, prefiero mirar hacia delante. Y eso significa hacer la música de mi nuevo disco, Stick Men, que es más agresiva que la anterior. Eso es lo que me interesa y deseo hacer ahora, y por un largo tiempo.

"Por supuesto que también haremos cosas de King Crimson adaptadas al trío, y habrá un espacio para la improvisación", agrega. Y por un instante se detiene en el capítulo Crimson. "Después de la gira que hicimos en 2008 no volvimos a tocar juntos. Y por ahora no parece que Robert Fripp tenga algo en mente. A mí me encantaría volver a grabar o a tocar en vivo, pero eso depende de él", comenta.

El paréntesis es similar al que mantiene con Gabriel, a quien reconoce como su favorito. "Es un gran compositor. El inventor de un estilo, con quien tuve el honor y la fortuna de tocar por más de tres décadas. Un músico que fue cambiando su música de acuerdo a los tiempos, y un gran tipo", dice.

Lo cierto es que en su larga trayectoria, Levin tocó con más gente que el mismísimo Orozco. En su CV aparecen bandas como Pink Floyd, White Elephant, Yes y Asia, entre otros, y solistas que van de Karen Carpenter a Eros Ramazotti, de Alice Cooper a Joan Armatrading, y de nuestro Fernando Samalea al mismísimo John Lennon. "Haber grabado con Lennon en Double Fantasy, y poder conocerlo, fue una de las experiencias más importantes de mi vida", admite. Una lista que incluye, también, un concierto "para John Kennedy, en la Casa Blanca" y el que compartió con Gabriel en Wembley, en honor a Nelson Mandela, entre otros.

Sin embargo, Levin se rehúsa a revisar su historia. "Prefiero tener la vista puesta en el futuro. A mí me gusta escribir música y tocar. Lo que menos hago es ensayar. Prefiero experimentar sobre el escenario, buscar nuevos sonidos", y se declara tan compositor de pentagrama y lápiz en mano como de stick al hombro en interminables jams que arrancan con una idea breve y terminan en una canción. Un rumbo estético para el cual ese largo diapasón que une guitarra y bajo fue y es un gran aliado.

"Recuerdo que cuando toqué el stick por primera vez, en la grabación del primer disco solista de Gabriel, en 1976, estaba muy confundido. Pero la práctica y el estudio, me dieron recursos para avanzar en la comprensión del modo en que piensa un guitarrista, y a acoplar esa línea de pensamiento a mi formación como bajista", cuenta.

En esa dirección, Levin rescata su paso por la música "académica", a la que permanentemente regresa, como oyente, y también como ejecutante. "De hecho, es posible que en la Argentina toquemos algo de los cuatro movimientos de El pájaro de fuego, de Igor Stravinsky, que acabamos de grabar con el trío. Una música que tiene la potencia del heavy, y que ha sido esencial en mi formación", dice Levin, empecinado desde siempre en derribar los muros que algunos pretenden alzar entre los géneros musicales.

"Es que yo soy un fan de la música. Y amo trabajar mucho. Aunque, para mí, cuando se trata de hacer música deja de ser un trabajo", concluye, y remata: "Cuando tengo un bajo o el stick en la mano y me gusta lo que suena, no tengo que ponerme a pensar qué tipo de músico soy. Simplemente tengo que dejar que la cosa fluya, y tratar de hacer mi parte de la mejor manera. Con eso me alcanza". Palabra de Tony.

Fuente: Clarin.com

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